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Las Gemelas: Maharet y Mekare

                     Ahí estaba el largo cabello rojo cobrizo de Maharet, ondulado, tupido, y la misma alta figura, de ave, los mismos ojos verdes y curiosos…   Ellas eran hechiceras o brujas, que vivían algo lejos del Valle del Nilo, en el Monte Carmelo, pertenecientes al milenio cuarto antes de Cristo. Hablaban con los espíritus al igual que su madre y la madre de su madre. Eran poderosas, inclusive podían hacer llover y vivían tranquilamente en un pueblo.  Los reyes de Kemet, Akasha y Enkil, los reyes egipcios, habían prohibido el canibalismo pero para un pueblo tan alejado eso les resultaba absurdo ya que antes de esa ley era común que los familiares se comían al muerto.

Un día les llegó un mensaje de estos reyes egipcios, el mensajero dijo que habían escuchado de sus grandes poderes y que querían conocerlos, pero ellas se rehusaron amablemente, alegando que ninguna bruja de su familia jamás había abandonado esas tierras.  Días después, un espíritu malo llamado Amel vino hasta ellas; era grande y poderoso pero estaba lleno de ira, y les dijo que pronto ellas necesitarían de él, pero ellas sólo lo ignoraron como hacían con los espíritus así y él terminó diciéndoles que necesitarían mucho de él en el futuro.  Su madre habló con él pero luego se burló cuando él dijo que podía sacar sangre de los humanos y que le gustaba, era sólo un espíritu, no tenía cuerpo y no podía saborear nada, pero para demostrárselo Amel la atacó pero ella fue defendida por sus espíritus, pero había sido verdad lo que Amel había dicho, el podía sacar la sangre de los humanos. Poco más de una semana después su madre cae enferma y agoniza por casi seis meses.

Cuando su madre muere era costumbre que en el funeral ellas se comieran los restos de su madre, una el cerebro y la otra el corazón, así su alma viviría en ellas.  Pero para ese entonces ese tipo de practicas estaba prohibida, la nueva reina había considerado eso repugnante, así que son capturadas antes de poderse llevar a cabo todo el funeral y son llevadas a palacio, a Egipto.

 En el camino el Rey les hablaba pero ellas no hacían caso y las regresaban a su habitación. Khayman, el mayordomo general del rey, se compadeció de ellas y las ayudó en lo que pudo.

Ya en palacio son presentadas a la Reina y esta las interroga, pero en ese momento ellas se dan cuenta que ese funeral en donde todo su pueblo había perecido, no había sido una excusa para traerlas ahí ya que habían rechazado la primera invitación, sólo porque la reina sentía curiosidad de ellas. Esto las enfureció y Mekare le dijo unas cuantas verdades, que los Dioses no eran Dioses sino que eran espíritus que les gustaba aprovecharse de ellos y jugar a los Dioses. Llego a un punto en el, por sus vidas, tuvieron que invocar a Amel que atacó a la reina y eso salvó sus vidas, pero para que pudieran salir en libertad tenían que mostrar que no representaban ningún peligro y para esto el Rey debía tomarlas como mujeres, pero le dejó la tarea a su hermoso y fiel mayordomo quien lo hizo contra su voluntad frente a la corte.

Ellas regresaron a sus montañas y le dijeron a Amel que desapareciese. El espíritu se enojó y se fue. Maharet había quedado en cinta de Khayman y dio a luz una niña llamado Miriam.  Pero un tiempo después los soldados regresaron por ellas, esta vez bajo el mando de Khayman quien las miraba con compasión y pena.

Lo que había sucedido era que Amel se había ido de regreso a Egipto y había estado molestando a Khayman, extrayéndole sangre. El rey y la reina habían tratado de sacar al espíritu pero sucedió lo inesperado, Amel se metió en sus cuerpos y se volvió uno con ellos, mejor dicho, con Akasha. Así que Khayman tenía que llevarlas de vuelta para arreglar las cosas, así Mekare dejó a su hija con las señoras del pueblo y regresaron a palacio, ahí vieron lo que les había sucedido pero no pudieron hacer nada para ’curarlos’ así que se decidió que debían morir. En un ataque de ira Maharet maldijo a Akasha y dijo que algún día regresaría y acabaría con ella.  Pero antes fueron torturadas, a Mekare le quitaron los ojos y a Maharet la lengua, después iban a tirarlas al mar, pero Khayman, que había sido transformando en Bebedor de Sangre una de esas noches fue donde ellas y las hizo inmortales también, para que la maldición se cumpliera. 

A cada una se le llevó por un lado diferente y no es hasta que Akasha se levanta y rapta a Lestat que Maharet vuelve a aparecer y se reencuentra con su hermana. La maldición se cumple y decapita a Akasha, se come su cerebro y su corazón y así ella se convierte en la nueva Reina de los Condenados.

Tomada de Cronicas vampirica.


 

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